¿Y SI BEETHOVEN FUERA NUESTRO PACIENTE?

¿Y SI BEETHOVEN FUERA NUESTRO PACIENTE?

¨Por dos años, he evitado casi cualquier reunión social, porque me es imposible decirle a la gente: ¡hable más fuerte, estoy sordo!….
Si yo perteneciera a cualquier otra profesión esto sería más fácil, pero en la mía, el hecho, es algo aterrador.¨

¨Es curioso que en conversación la gente no se dé cuenta de mi condición de ningún modo. Como siempre he sido distraído, ellos creen que se trata de eso. A menudo apenas puedo escuchar alguien que habla suavemente, los tonos sí, pero no las palabras.

De todos modos, si alguien me grita me resulta intolerable¨

Ludwig Van Beethoven.

Escrito por Yohana Angel

Através del tiempo, y gracias a los avances técnicos y tecnológicos en el área de la audiología, se ha ido desdibujando la imagen y participación del audiólogo en la comunicación humana, esencia de nuestra profesión.

La imperiosa necesidad de especializarse y sub-especializarse, buscando cada día mayor especificidad ha ido enmarcando los perfiles ocupacionales del audiólogo dentro de los procesos de evaluación y diagnóstico de las deficiencias auditivas y vestibulares, la habilitación auditiva y rehabilitación vestibular, creando una brecha entre audición y comunicación.

La especificidad del audiólogo colombiano en el área de intervención y habilitación auditiva y las herramientas tecnológicas de punta, le permiten realizar adaptaciones cada vez más finas y precisas en el intento de devolver al paciente la capacidad auditiva que perdió. Pero existen preguntas de fondo, ¿nos detenemos como audiólogos a reflexionar si esto es lo único que desea el usuario? ¿Desea solo la adaptación de su audífono o lo que en realidad busca es efectividad en sus procesos comunicativos?. Pues sería Beethoven quien en la consulta nos daría las respuestas.

Este maestro en la incansable lucha contra su hipoacusia, no manifestaba su inconformidad en el hecho de no poder escuchar los tonos y las melodías de sus composiciones, pues estos ya eran parte de su conciencia auditiva y de su profesión como músico, incluso, llego a componer algunas de sus más famosas obras encontrándose ya en su mayor grado de hipoacusia; por el contrario para Beethoven, su mayor preocupación era la dificultad para lograr entender lo que le hablaban y participar de las conversaciones y reuniones, al punto de crear un “cuaderno de conversaciones”, con el fin de omitir su deficiencia auditiva, compensar su discapacidad comunicativa y disminuir su restricción en la participación familiar, social y laboral.

No contaba con audiólogos ni rehabilitadores para expresarles su sentir y que le apoyaran en el manejo de su deficiencia auditiva, simplemente buscaba aminorar su limitación y lograr bienestar auditivo-comunicativo (Se concibe el bienestar comunicativo como una de las fuerzas que contribuye de manera importante a los estados de satisfacción y calidad de vida de las personas, identificado también como salud comunicativa. Entendida como el uso óptimo de la comunicación que posibilita la participación de las personas en diferentes contextos, generando a su vez condiciones de satisfacción en las diversas experiencias de la vida cotidiana. Clemencia Cuervo, 1997).

Si Beethoven llegase hoy a nuestra consulta ¿que respuestas le daríamos y cómo enfrentaríamos su discapacidad?

Aquel manifiesto de este maestro del siglo XIX debe ser el punto de partida y la esencia del Audiólogo. Debemos escuchar al paciente desde nuestros saberes como profesionales de la comunicación humana y nuestro altruismo como profesionales de la salud, debemos llegar al motivo real de la consulta. La pregunta inicial debe centrarse en la audición-comunicación del usuario, ¿Cuáles son sus necesidades auditivo- comunicativas? ¿cuál es la realidad de su bienestar comunicativo?

Entonces, ¿cuál será el camino para reencontrarnos como audiólogos con esa esencia de profesionales de la comunicación que en algunos casos creemos olvidada? Pues considero que la respuesta es elemental: volver a los fundamentos, volver al camino del diagnóstico auditivo-comunicativo, partiendo de la deficiencia auditiva como causa y no como el todo del diagnóstico, continuar con la habilitación auditiva haciendo uso de las herramientas tecnológicas de punta para brindar la mejor adaptación, pero no como un proceso independiente, sino con un fin específico: la rehabilitación integral del usuario y la verdadera inclusión en su ámbito familiar, laboral, educativo y social.

Partiendo de todas estas reflexiones, quizás románticas y altruistas, surge la necesidad de retarnos a diario, brindando una atención integral al usuario con deficiencia auditivo-comunicativa para lograr su inclusión óptima y no olvidar la realidad de dicha discapacidad.

Discapacidad Auditivo - Comunicativa en cifras

(Fuentes: Departamento Nacional de Estadística DANE. Resultados. www.dane.gov.co /Registro para la localización y caracterización de personas con Discapacidad. RLCPD. Ministerio de salud y protección Social. /Inclusión y discapacidad. Observatorio social. Población sorda en Colombia. INSOR)

La discapacidad auditivo-comunicativa es una problemática de salud pública a nivel mundial. En Colombia, las estadísticas arrojan cifras de 3.134.036 personas en situación de discapacidad, de estos, el 17.35% presenta deficiencia para oír incluso con audífonos y el 13,2% para hablar. Según el Departamento Nacional de Planeación (DNP) se han inscrito 882.232 colombianos en los programas de discapacidad, de los cuales 163.657 cuentan con deficiencias auditivas y 137.559 con deficit en la voz y el habla.

Los datos arrojados por la Federación de Aseguradores Colombianos (FASECOLDA) respecto a enfermedades profesionales, reportan la hipoacusia neurosensorial inducida por ruido como el tercer factor de riesgo laboral en nuestro país.

Respecto al acceso a los servicios de rehabilitación, el Boletín del Observatorio del Instituto Nacional para Sordos (INSOR) muestra que, de un total de 99.596 personas con discapacidad auditivo-comunicativa, el 63% (44.804 usuarios) dice no recibir servicios de rehabilitación, y la principal causa es la falta de dinero, solo el 4% (2.954 usuarios) refieren haber concluido la rehabilitación.

Por otro lado, en lo que se refiere al acceso de la educación de la población con discapacidad auditivo-comunicativa en Colombia, se encuentra que de los individuos registrados: entre 3 y 4 años, solo el 23% asiste a programas educativos entre los 5 y 19 años, el 59% va al servicio educativo. La mayoría de la población (49%) logra acceso a básica primaria; el 8.7%, a bachillerato y de ellos tan solo el 0.3% logra concluir la educación secundaria.

La discapacidad puesta en cifras es nuestra realidad. Y el cambio de paradigmas en nosotros los profesionales de audiología es visionario, más no utópico. Pensar en la rehabilitación integral y la inclusión educativa, laboral y social del individuo y/o comunidades con discapacidad auditivo-comunicativa es un sueño de muchos, pero no puede ser propósito de pocos. De manera que materializar el sueño de muchos depende de la decisión de cada uno, y es allí en la consulta, en el quehacer diario del especialista en audiología y el abordaje de su usuario cuando esta utopía comienza a hacerse realidad, desde pequeñas acciones, partiendo de un proceso diagnóstico clínicamente sistemático y un proceso de habilitación auditiva con una mirada y un abordaje integral desde la comunicación y la inclusión de nuestros usuarios, desde la interacción con su familia, su ámbito educativo, laboral, social. El logro de estos cambios de paradigmas quizás no se vea reflejado en las estadísticas de índices de discapacidad, ni en grandes cambios en políticas de salud pública, pero si en el diario vivir de nuestros usuarios que son la esencia, es por quienes a diario crecemos como profesionales y que con cada acción nos hacen crecer como personas y como fonoaudiólogos especialistas en audiología.

¡Que cada paciente que llegue a nuestra consulta nos rete como si estuviésemos adaptando los mejores audífonos que tenemos para Beethoven, recordando que no solo quería oír, necesitaba comunicarse!

BIBLIOGRAFIA

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  2. Moreno, M. (2011). Infancia, Políticas y Discapacidad. Universidad Nacional de Colombia. Sede Bogotá. Facultad de Medicina. Doctorado Interfacultades en Salud Publica.
  3. Cuervo, C (1998). La profesión de la Fonoaudiología: Colombia en perspectiva internacional. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Medicina. Departamento de Comunicación Humana.
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  1. Boletín observatorio Social. Población Sorda en Colombia. Estadística e información para contribuir

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  1. Ministerio de salud y Protección Social. Plan Decenal de Salud Pública. 2012-2021
  2. Ministerio de salud y Protección Social. Ley 1618 de 2013. “Por medio de la cual se establecen las

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  1. Departamento Administrativo nacional de Estadística. DANE. CENSO 2005.
  2. Registro para la localización y caracterización personas con Discapacidad. RLCPD. Corte Octubre de

2012.Ministerio de salud y protección Social.

  1. Vargas Janeth, Velásquez Rocío. Estados de servicios de salud para la detección temprana de

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Foto de Belinda Cave en Pexels