LA AUDICIÓN, EL SENTIDO COMUNICATIVO

Autor:

Martha Traslaviña

Audióloga

La vida es un mundo interactivo, y por ende, intercomunicativo; los sentidos son el puente que nos une al entorno,  son el mecanismo fisiológico de la sensación, con ellos cinco podemos percibir, sin embargo en el momento de responder a lo que captamos del entorno, nuestra percepción se reduce a manifestarse por medio de dos acciones: bien a través de la expresión corporal, o bien a través del lenguaje, en esta instancia, si requerimos responder ó sustentar con mayor énfasis nuestro concepto al estímulo recibido, estaríamos limitados a nuestra gesticulación, y ya como recurso final al lenguaje, ya sea verbal, escrito ó de señas.

 

Cuando disfrutamos de  todas las capacidades, quizás esta acotación carecería de total importancia, no obstante, cuando por alguna circunstancia se ve limitada nuestra habilidad comunicativa, es donde se puede ver la trascendencia de disciplinas como  la Fonoaudiología. A través de ella, los individuos con determinada limitante comunicativa pueden encontrar solución; aun cuando hay diversos estímulos que permiten captar información para desarrollar habilidades comunicativas, como la percepción visual o incluso táctil, la audición es la que permite quizá mayor asimilación; si bien cuando el origen de la discapacidad es congénita pueden haber más limitantes para lograr una ideal intercomunicación, sin embargo el porcentaje es relativamente bajo, en cambio cuando  dicha limitante es adquirida, las posibilidades de recuperación son mayúsculas, y entre más pronto se detecte, mayores son las probabilidades de recuperación, es aquí donde toma relevancia la interdisciplinariedad de la Audiología, por ello resulta inconcebible que el desconocimiento por parte del común de la sociedad sea  de tan alto grado. Es posible que no se de trascendencia a un bien que se asume como “ya adquirido”, y en cierto sentido innato, ya que a no ser por una pérdida auditiva considerable, por la que los adultos se percaten con evidencia manifiesta del  “anormal” desempeño de un menor, en el común de los casos no es factor preponderante para la toma de acciones; es así como transcurrido el tiempo, las personas con afecciones auditivas no tratadas continúan incrementando la pérdida, sin comprender que esta no solo se limitará a “oír un poco menos”, sino realmente involucra una pérdida de intercomunicación que lo llevará a un aislamiento social, y lo que es peor, conduce a una falta de estímulo cerebral que le reducirá habilidades  cognitivas, truncando esa recepción de las sensaciones del entorno que solo pueden ingresar por el sentido del oído. 

Teniendo en cuenta la problemática planteada, y de acuerdo a la previsión hecha por la OMS en orden a que una de cada 4 personas presentará problemas auditivos en el 2.050, es preocupante la proyección de  alteraciones en la intercomunicación, y en consecuencia, en el desempeño social; de acuerdo a ello, en cualquier momento de la vida, es prudente concientizar al global de la población en la toma de exámenes audiológicos acorde a la edad, regularizando pruebas:  en recién nacidos, el tamizaje neonatal (potencial automatizado y otoemisiones acústicas); en la primera infancia, audiometría por juego  e impedanciometría; exámenes básicos desde la segunda infancia pasando por la adolescencia, juventud, adultez y  el adulto mayor (audiometría, logoaudiometría e impedanciometría), complementado con pruebas electrofisiológicas de acuerdo al requerimiento del especialista, según sea la alteración presentada. Aunque el enfoque ideal es el preventivo, ya cuando las circunstancias lo requieran son posibles  tratamientos farmacéuticos, quirúrgicos, amplificación con dispositivos auditivos, implantes cocleares e implantes de conducción ósea que van de la mano con una rehabilitación auditiva-verbal. 

Como profesional es gratificante ver como con  diagnóstico y  tratamiento acertados podemos aportar en la interacción de un ser humano, y en consecuencia, en el mejoramiento de su calidad de vida…es el mayor don de nuestro servicio.

Sea esta la oportunidad para invitarlos a tomar de manera oportuna los diferentes servicios audiológicos, dado que si se reciben a tiempo, se puede evitar a través de los diferentes tratamientos el aumento de alguna limitación, y aún mejor, al efectuar exámenes de manera preventiva, se va un paso adelante de posibles daños, estableciendo  soluciones anticipadas, y en caso de descartarlas, se tiene una prenda de garantía en la ideal salud auditiva sincronizada con cada etapa de la vida.